Consejos para la seguridad de tu bebé en casa
Cuando eres padre la vida cambia. La vida deja de girar en torno a ti mismo. Dejas de ser el protagonista de tu vida y, sin apenas darte cuenta, observas cómo tus hijos pasan a ser lo principal. Todos tus esfuerzos se dirigen no ya a satisfacer tus necesidades, sino las suyas. Te preocupas por su futuro.
Y por el presente. Por su seguridad.
¿Sabías que uno de los principales motivos de consulta al pediatra tienen que ver con accidentes domésticos?
Sí, accidentes en casa.
Por supuesto, cualquier miembro de la familia está expuesto a recibir un calambrazo, una quemadura o sufrir una caída. Pero para un bebé una casa puede resultar peligrosa.
Los más pequeños de la casa son curiosos por naturaleza y no comprenden del todo las situaciones de peligro. Recuerda, los niños menores de cinco años son auténticos exploradores y esto conlleva un riesgo. Si además el escenario de la vida familiar cambia, debido a un traslado por vacaciones o porque pasamos los veranos o los feriados en nuestra casa de playa en Asia, la curiosidad y las ganas de investigarlo todo aumentan.
Por eso, si tienes hijos pequeños en casa, es importante que tu casa mantenga un orden, se cumplan unas medidas mínimas de protección y seguridad, y tengas en cuenta los siguientes consejos.
Medidas de seguridad para los niños en casa
Lo primero es reconocer cuáles son esas áreas de la vivienda que, por sus características, pueden resultar más peligrosas.
- El baño. Para un adulto es evidente: el suelo del baño, el agua, el jabón… son elementos que, combinados, pueden dar lugar a un buen susto o incluso a una desgracia más seria. Para evitar un resbalón, nada como una alfombrilla antideslizante, tanto dentro como fuera de la bañera o la placa de ducha. Como dijimos más arriba, muchas de las cosas que los adultos tenemos claras, el niño no las tiene. Los cuartos de baño son uno de los espacios más peligrosos y en los que debemos vigilar más a nuestros pequeños. Los menores de cuatro años, jamás deben estar solos.
- Zonas comunes: especialmente las escaleras, pero mucho cuidado también con ventanas y esquinas de mesas y otros muebles, generalmente a la altura de sus ojos. Ten en cuenta que la estatura de un niño pequeño es mucho menor que la nuestra y, por lo general, anda mucho más despistado que una persona adulta. Pero no es este el único peligro de estas áreas. No hay nada más misterioso para un bebé que un enchufe… y recuerda lo curiosos que son. Están aprendiendo a cada momento. ¿Y cómo se aprende? A base de prueba y error. Un enchufe es algo peligroso. No trates de explicárselo: lo mejor es que los cubras directamente con protectores plásticos. En escaleras y ventanas, coloca una malla de plástico (tipo mosquitera) para evitar el traspaso de tu bebé. Y ¡jamás! coloques un sofá, sillón o cualquier tipo de mueble cerca de la ventana, para evitar que lo escalen.
- La cocina: se trata de otra de las zonas más peligrosas para los niños. Piénsalo: cuchillos, tijeras, plásticos, sartenes y ollas a gran temperatura, junto a productos tóxicos para el mantenimiento de la casa. La cocina puede dar lugar a accidentes desagradables. También a adultos, claro. Pero en nuestro caso es debido a un despiste, mientras que en los niños se debe al desconocimiento. Los más peques de la casa deben entrar en la cocina lo indispensable. Cuando esto no sea posible, debemos mantener todos los elementos citados arriba fuera de su alcance.
- La lavadora es otro de esos objetos que pueden llegar a fascinar a un pequeño. El ruido, el colorido, el giro… todo es misterioso, nuevo y atractivo. Pero también muy peligroso. Mucho ojo: la lavadora siempre, siempre, cerrada. Y los detergentes y suavizantes, cuyo olor puede ser tan sugerente, han de permanecer completamente inaccesibles para ellos.
Los accidentes llegan cuando menos los esperamos, pero con un poco de sentido común, y practicando estos sencillos consejos, las posibilidades de sufrir uno se verán reducidas.
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