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Averías comunes que puedes solucionar tú mismo

Cuando al fin cumples tu sueño y compras tu propia casa o depa frente al mar en Asia tu vida cambiará. Tener una vivienda es una experiencia nueva y verás tu hogar de una forma distinta. Querrás verlo siempre bien. En perfectas condiciones. Decorado a tu gusto. Radiante. 

Ahora bien, en todas las casas surgen sorpresas, en forma de averías, o simplemente necesidades para solventar que deberías aprender a solucionar tú mismo. 

Hay un montón de cosas para las que no es necesario llamar a un profesional. No es lo mismo cambiar la placa de la ducha o el piso de un salón que colgar un cuadro, ¿verdad?

Y no puedes estar siempre dependiendo de una tercera persona. Existen operaciones de mantenimiento muy sencillas que no requieren de terceras personas. Además, tu economía lo agradecerá. 

Veamos algunas. 

Averías en casa que puedes arreglar por ti mismo

  • La potencia y la presión de la ducha

Resulta especialmente desagradable en invierno. Cuando, con el frío de la mañana, la ducha nos recibe con tan poca presión y fuerza que es tan solo un goteo. Ducharse bien, con un buen chorro con la presión, fuerza y temperatura adecuada es fundamental para empezar bien el día. 

Este problema tan común casi siempre tiene una fácil solución. Tan solo cambia el cabezal de la ducha antiguo desenroscando mediante unos alicates. Con firmeza pero también con un poco de cuidado. Si apretamos más de la cuenta podríamos romper el mecanismo completo. Cuando ya esté fuera limpia bien la tubería y envuelve con teflón para evitar fugas y que todo quede lo mejor compartimentado posible. Ahora sí, añade el nuevo cabezal que has adquirido en la ferretería. Si tiene regulador y es un buen modelo, mejor que mejor. 

  • Tapar agujeros en la pared

Si eres de esas personas que te gusta tener cuadros, colocar estanterías con libros o adornos, marcos con fotografías… En definitiva, si te gusta ver una pared adornada, seguro que te has encontrado en más de una ocasión con este problema. 

Al cambiar la decoración es muy posible que te encuentres con algún agujero en la pared, producto de un cuadro, un marco o cualquier aplique que hayas decidido cambiar de lugar. Porque para que la casa esté viva conviene cambiar la decoración de vez en cuando. 

La sensación de ver estos agujeros en la pared de tu casa puede ser muy desagradable. 

Pero no te preocupes, porque no tiene la mínima importancia. Solo hay que saber cómo actuar. Se trata de saber cómo parcharlos. Hazte con una pizca de masilla y rellena el agujero; luego con una herramienta plana (puede ser una espátula), reparte, iguala y elimina la masa sobrante. Cuando esté seco, puedes pasar un poco de pintura y listo. 

  • Colgar objetos 

La operación contraria al punto anterior (parchar agujeros), es justamente, hacerlos. A todos nos impone un poco de respeto hacer agujeros. Pensamos que nos van a salir mal y que vamos a arruinar la pared para siempre. 

Bien, hay que olvidarse de eso. Para empezar ya hemos visto en el punto anterior cómo se puede tapar un agujero. Es decir, si el agujero no nos saliera tal y como lo deseamos, aún podríamos solucionarlo. Todo tiene arreglo en esta vida. Debemos perder un poco el miedo. Los cuadros, las baldas, los estantes, los apliques… son elementos fundamentales en la decoración de un hogar. Y esta no es una casa o depa cualquiera. Lo has comprado. Es tuyo. Debe estar como a ti te guste. Así que adelante y no temas. Coge el taladro. Usa la broca del tamaño correspondiente al agujero que quieres realizar. A mayor peso del objeto en sí, mayor ha de ser el tamaño, para que lo sustente con la fuerza suficiente. Un truco: cuando el objeto es demasiado pesado, haz los agujeros en las vigas de la casa. Son mucho más resistentes. ¿No sabes dónde están las vigas? Muy sencillo: golpea la pared con tu propia mano (con calma, claro); en los puntos en los que suene apagado, y no hueco o vacío, es que estamos ante una viga. 

  • Cambiar la cerradura

Cambiar la cerradura de casa es también una de las tareas más frecuentes y comunes que vamos a tener que realizar en algún momento. Por el motivo que sea: pérdida de llave, robo, etc. Casi siempre llamamos a un cerrajero cuando resulta mucho más fácil de lo que pensamos. Un destornillador para aflojar y sacar el mecanismo antiguo y, posteriormente, añadir el nuevo y apretar los tornillos es suficiente. Eso sí, fíjate bien que la nueva cerradura ocupe el mismo espacio que ha dejado la antigua para no tener que intervenir en el hueco. 

  • Humedades

Se trata de una de las averías que menos nos gustan y que ofrecen un aspecto más desagradable. Suelen darse en baños y lugares cerrados o con poca ventilación. Pero, ¿sabes? También tiene una solución sencilla. 

Mezcla agua y lejía, (aproximadamente un 20%) y deja que repose unos 10 minutos. Frota la mancha con un cepillo impregnado en la mezcla. Para rematar, hazte de un deshumificador y déjalo en la habitación para que las molestas manchas no vuelvan a aparecer nunca más. 

Te hemos contado tan solo algunas de las muchas tareas que podrías comenzar a realizar por ti mismo. Al principio te sentirás torpe e inseguro pero, con la práctica, irás haciendo con mayor facilidad y seguridad. Es posible incluso que te acabe gustando. Recuerda que la mayoría de los problemas cotidianos que surgen en casa tienen una solución más sencilla de lo que parece. ¿Vas a estar siempre llamando a un profesional y gastando tu dinero?

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